sábado, 7 de marzo de 2015

LA HIPERURICEMIA Y LA GOTA

BIOQUIBIO- BIOQUIMICA Y BIOLOGIA:





LA HIPERURICEMIA: CAUSA MANIFIESTA DE MÚLTIPLES ENFERMEDADES. LA GOTA, ENTRE LAS MAS CONOCIDAS.






ENSAYO






JOSÉ LUÍS ESTRADA FLÓREZ





UNIVERSIDAD DE  ANTIOQUIA – UNIVERSIDAD COOPERATIVA
DE COLOMBIA


DIPLOMA VIRTUAL  EN ESCRITURA ACADEMICA Y CIENTIFICA(SEGUNDA COHORTE)


SANTA MARTA



2014





                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                           

LA HIPERURICEMIA: CAUSA MANIFIESTA DE MÚLTIPLES ENFERMEDADES. LA GOTA, ENTRE LAS MÁS CONOCIDAS.


La hiperuricemia se entiende como la elevación de los niveles séricos de ácido úrico en personas adultas y niños, esto es, por encimas de los niveles fisiológicos (2,5 a 6 mg/dl en mujeres; 3,5 a 7,0 mg/dl en hombres y de 2,5 a 5 mg/dl en niños), correspondientes a los límites de la solubilidad de los uratos monosódicos (ácido úrico en forma de iones) en plasma cuando son medidos por métodos enzimáticos. La excreción del ácido úrico es

mayoritariamente renal y un poco por la vía digestiva. El desequilibrio de estos niveles tiene diferentes etiologías (genéticas, nutricional, edad, sexo, estilo de vida ), por lo tanto, la hiperuricemia va a estar comprometidas en unas series de patologías, dentro de las que podemos mencionar, la artritis gotosa o gota, el síndrome de Lesch-nyhan, enfermedades cardiovasculares, neurológicas, insuficiencia renal, litiasis renal, entre otras. El ácido úrico es una sustancia proveniente del metabolismo de las bases nitrogenadas conocidas como

purinas, su precursor inmediato es la xantina, convertida en ácido úrico por intervención de la enzima xantina oxidasa. En el metabolismo de las purinas participan un conjunto de enzimas, responsables por su mucha o poca actividad, de las diversas patologías relacionadas con cada enzima en particular, conocidas como errores innatos del metabolismo, debido a que son producto de las alteraciones en los genes que las codifican (Jiovanna Contreras Roura 2012). Esto quiere decir, que nacemos con una predisposición de desarrollar una de estas enfermedades cuyas manifestaciones clínicas se harán más evidentes con el avance de la edady el estilo de vida.


Dentro de estas enfermedades, se toma como referente la artritis gotosa para realizar una revisión de los aspectos más relevantes con el fin de ilustrar que genes están comprometidos, la proteína o enzima alterada y otros factores. Quizás, la enfermedad más popular y estudiada dentro de este conjunto, es la gota, caracterizada por los altos niveles de ácido úrico en sangre y por la aparición de los cristales de ácido úrico en el líquido sinovial de las diferentes articulaciones de las extremidades, con el consecuente proceso de inflamación, coloración rojiza, fiebre local y dolor intenso; inicialmente en el dedo gordo del pie (podagra). Los estudios realizados sobre las causas de la hiperuricemia para el desarrollo de la gota muestran los siguientes aspectos: primero, la disminución de la excreción renal de uratos, generada en la hiperuricemia primaria por el polimorfismo de los genes SLC2A9 y URAT-1. El gen SLC2A9 codifica el transportador de glucosa GLU-9 que tiene gran afinidad por los uratos. La variante genética de SLC2A9/GLUT9 está íntimamente relacionada con una disminuida concentración de ácido úrico sérico y el polimorfismo del gen URAT-1 en su fracción N-terminal se relaciona estrechamente con una disminución en la excreción urinaria de uratos monosódicos. Otro gen identificado, es el de la proteína ABCG2 (ATP-binding cassette, subfamilia G2), involucrado en la función renal de secreción de uratos. También se han hallado polimorfismos en variantes en nueve

regiones incluyendo SLC2A9, ABCG2, SLC17A1, SLC22A11, SLC22A12, SLC16A9, GCKR, LRRC16A y PDZK1. Además se ha observado que las variantes genéticas del ABCG2 se asociaban a unas concentraciones más altas de ácido úrico y que estos efectos son más intensos en los varones que en mujeres, debido al efecto protector de los estrógenos en mujeres. Segundo, Influye mucho el uso de medicamentos como ciclosporina, tiazidas, furosemida, etanol, dosis bajas de aspirina, levodopa y ácido nicotínico; problemas renales de diferentes índole  y tercero, los eventos metabólicos y endocrinos, tales como: cetosis, acidosis láctica, deshidratación, hipotiroidismo e hiperparatiroidismo (Graessler J, Graessler A, 2006; Kolz M, Johnson T, 2009; Dalbeth N 2010). Entonces, queda claro que las mutaciones o cambios genéticos en esta población de genes, altera la función de las proteínas implicadas  en el transporte, secreción y excreción del ácido úrico a nivel renal, generando la acumulación y el aumento de la concentración de ácido úrico circulante en la sangre con las consecuencias para el organismo anteriormente mencionadas. La segunda causa de hiperuricemia es debida  al incremento de la producción de uratos, generados por: primero, en hiperuricemia primaria por la deficiencia de la enzima Hipoxantina fosforribosil transferasa1 (HPRT-1). Su deficiencia parcial produce gota relacionada con el síndrome de Kelley-Seegmiller. Cuando la deficiencia de la actividad residual de esta enzima es total se produce hiperuricemia relacionada con el síndrome Lesch-Nyhan, cuyos pacientes con el progreso del síndrome, desarrollan artritis gotosa. La hiperactividad de la enzima  fosforibosilpirofosfato-sintetasa que cataliza la reacción de fosforilación de ribosa-5-fosfato a 5-fosforibosil-1-pirofosfato, se da por una mutación en los genes codificadores PRPS, PRPS1 y PRPS2 produciendo gota. Segundo por la ingesta excesiva de purinas, etanol y fructosa. Tercero, enfermedades linfoproliferativa, mieloproliferativas y policitemia. Cuarto, medicamentos anticancerosos y vitamina B-12. Tanto en la disminución de la excreción de uratos como en el aumento de su producción hay otros eventos relacionados: obesidad, la pérdida repentina de peso, hipertrigliceridemia, sexo masculino, antecedentes familiares, psoriasis, toxemia del embarazo, etc. (Gómez J, 2011). La hiperuricemia constituye en si, la superación de los niveles fisiológicos de uratos monosódicos en la sangre, pero los cristales de ácido úrico son los responsables del daño articular.


La deficiencia de la enzima glucosa 6-fosfatasa ocasiona la enfermedad por depósito de glucógeno de tipo I (EDG I) generando hiperuricemia como consecuencia de la  hiperlactacidemia que se produce en este trastorno, provocando disminución en la depuración renal del ácido úrico y desarrollando manifestaciones de gota a partir de la adolescencia (Pontón Raúl 2010). Al haber deficiencia de la glucosa 6-fosfatasa, no se puede realizar en el hígado, la hidrólisis de la glucosa 6-fosfato que libera a la glucosa del

grupo fosfato y secretada al torrente sanguíneo para su homeostasis.


En conclusión, la hiperuricemia es un factor de riesgo para el desarrollo de un conglomerado de patologías de origen multifactorial y estrechamente relacionadas; las causas desencadenantes de la misma, se dan por las variaciones genéticas, la deficiencia de las funciones de las proteínas comprometidas, ya sean transportadores o enzimas, la ingesta de alimentos ricos en purinas, el uso-abuso de medicamentos y el consumo de bebidas alcohólicas. Es importante tener en cuenta que la edad es otro factor determinante, pues, a medida que se avanza en edad los procesos fisiológicos son más lentos y deficientes por el envejecimiento de las células.

Fuentes bibliográficas


Contreras Roura Jiovanna, (2012). Errores innatos del metabolismo de las purinas y otras enfermedades relacionadas. Revista Cubana de Pediatría, 84(2), pp. 197-200. 

Dalbeth Nicaola, (2010). Hyperuricaemia and gout: state of the art and future perspectives, Ann Rheum Dis, 69(10), pp. 1738-1743.


Graessler J, Graessler A, Unger S, Kopprasch S, Tausche AK, Kuhlisch E,  et al, (2006).

Association of the human urate transporter 1 with reduced renal uric acid excretion and hyperuricemia in a German Caucasian population. Arthritis Rheum, 54(1), pp. 292-300.


Kolz M, Johnson T, Sanna S, Teumer A, Vitart V, Perola M, et al, 2009 Meta-analysis of 28,141 individuals identifies common variants within five new loci that influence uric acid concentrations, PLoS Genet,5(6), e1000504.


Gómez Puerta José A, 2011. Gota: nuevos conceptos patogénicos y nuevos agentes terapéuticos, revista colombiana de reumatología, Vol. 18 Núm. 3, septiembre 2011, pp.

163-174


Pontón Raúl Alberto, 2010. Enfermedades relacionadas con la nutrición: errores congénitos en el metabolismo de las pirimidinas y purinas, invenio   13 (24): 147-165.



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